Eskameca y Tenorí son dos personajes de una antigua leyenda costarricense que explica el origen del nombre del volcán Tenorio, ubicado en la provincia de Guanacaste.
Según esta leyenda, en los tiempos precolombinos, existía en las faldas de este volcán, cerca del Cerro de los Cascabeles, una laguna en la cual habitaba un terrible monstruo que asolaba la región y atormentaba a los indígenas chorotegas, que tomaban de este cerro una sustancia color carmesí, con la que pintaban sus vasijas de cerámica.
Cierta vez, Eskameca, una belleza nativa, fue atacada por el monstruo mientras se bañaba en la laguna.
Esta finalmente apareció y Tenorí la atacó con flechas cuyas puntas había sumergido en veneno de serpiente, persiguiéndolo hasta el agua con tal de que no escapara.
El corolario de la leyenda dice que por las tardes, en los bosques que rodean al volcán, se pueden observar una garza rosada y un galán sin ventura que alzan vuelo para ir a perderse en la cima de la montaña.