Ticking time bomb

Si el terrorista que la ha colocado está detenido y se le obliga mediante tortura a decir dónde la ha puesto, la bomba podría ser desactivada, salvando así muchas vidas.

Sostuvo que la naturaleza humana puede conducir a abusos no regulados "fuera de los libros".

Por lo tanto, sería mejor si existiera un procedimiento regulado mediante el cual un interrogador pudiera solicitar una "orden de tortura" y que requerir una orden estableciera un rastro documental de responsabilidad.

Además, la tortura puede ser criticada como un vehículo pobre para descubrir la verdad, ya que las personas que experimentan tortura, una vez quebrantadas, son propensas a inventar cualquier cosa para detener el dolor y pueden volverse incapaces de distinguir entre hechos y ficción bajo intensa presión psicológica.

Este efecto a largo plazo es tan grave que la persona que toma la decisión de torturar no puede (según este argumento) hacer una estimación razonable de sus resultados.

Este argumento contra la tortura, de hecho, funciona postulando que el conocimiento humano tiene límites intrínsecos.

Sabiendo que, bajo estrés, nunca podrán evaluar con precisión el probable éxito de la tortura para obtener la información necesaria para prevenir un ataque, los humanos se comprometen de antemano a no torturar.

Luego deben poder distinguir con precisión entre la información verdadera y la falsa que el sujeto pueda proporcionar bajo tortura.

Esto ha sido criticado por activistas de derechos humanos, oficiales militares y expertos en interrogatorios