Las escuchas telefónicas son estrictamente controladas en muchos países para salvaguardar la privacidad de los individuos.
Sin embargo, en ciertas jurisdicciones como Alemania, las cortes pueden aceptar como prueba conversaciones telefónicas ilegalmente grabadas sin el consentimiento de las partes.
En los Estados Unidos, las agencias federales pueden ser autorizadas en ciertas circunstancias para realizar escuchas por parte de la United States Foreign Intelligence Surveillance Court, una corte con procedimientos secretos.
[3] Muchas organizaciones graban sus conversaciones telefónicas para poder probar lo que fue dicho, para entrenar a su personal o monitorear el rendimiento.
Se considera una buena práctica anunciar al principio de una llamada que la conversación está siendo grabada.