Escándalo de los sobornos de Lockheed
[1] Cuando gracias a las investigaciones y las confesiones de altos cargos de Lockheed se demostró que la compañía había entregado sobornos millonarios y otras gratificaciones a personalidades de numerosos países, se produjo una tormenta política considerable en Alemania Occidental, Italia, los Países Bajos y Japón.En Estados Unidos, el escándalo casi condujo a la caída de Lockheed, que en ese momento se enfrentaba a graves problemas financieros debido al fracaso comercial del Lockheed L-1011 TriStar.Honorarios pagados por Lockheed y sus bancos a la Junta por administrar el préstamo del programa, se obtuvieron unos 30 millones de dólares que se enviaron al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.Sin embargo, los sobornos y presiones a políticos clave del Partido Liberal Democrático –la fuerza política que gobernaba Japón– por parte de Lockheed llevó finalmente a la adquisición del F-104.Más tarde, Lockheed contrató a la figura del hampa Yoshio Kodama como consultor para influir en las aerolíneas estatales japonesas, incluida All Nippon Airways (ANA), para que comprasen el Lockheed L-1011 TriStar en lugar del McDonnell Douglas DC-10.Aunque fue condenado a cuatro años de cárcel nunca ingresó en prisión y permaneció en libertad hasta su muerte en 1993.[16] El príncipe Bernardo había formado parte de más de 300 juntas o comités corporativos en todo el mundo, era muy popular y había recibido muchos elogios en los Países Bajos por sus esfuerzos para promover el bienestar económico en su país.[17] Las conclusiones de la investigación provocaron una crisis constitucional en la que la reina Juliana amenazó con abdicar si Bernardo era procesado.[16] En una de ellas dijo: «he aceptado que la palabra Lockheed quedará grabada en mi lápida».Adnan proporcionaba no solo acceso, sino estrategias, análisis y asesoramiento constante».