La investigación en la justicia concluyó con la absolución de los acusados al no encontrarse prueba del alegado soborno.
Se considera a este escándalo como uno de los principales motivos para la renuncia, el 6 de octubre del 2000, del vicepresidente Carlos Álvarez, lo que provocó un quiebre en la oficialista Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación.
Esto provocó que un sector opositor de la central obrera, liderado por Hugo Moyano, convocara a un congreso que lo declaró como el nuevo secretario general, lo cual no fue aceptado por Daer provocando la fractura de la organización.
[4] Estos cambios incluyeron entre otros la inclusión de una cláusula que impedía rebajar el salario básico por dos años.
[6] En declaraciones posteriores Moyano ratificó lo dicho y pidió la renuncia de Flamarique.