[4][5] Este trastorno se observa con mayor frecuencia, aunque no exclusivamente, en mujeres que son tímidas, dependientes y sin experiencia sexual.
Él imagina esta negativa como una estratagema para ocultar su «romance» prohibido al resto del mundo.
Se pueden encontrar referencias tempranas a la condición en los trabajos de Hipócrates, el psicoanalista austríaco Sigmund Freud (1911), el psiquiatra francés Gaëtan Gatian de Clérambault (1942), Erasístrato, Plutarco y Galeno.
El médico parisino Bartholomy Pardoux (1545-1611) abordó los temas de la ninfomanía y la erotomanía.
[7] Los autores se han centrado en la privación emocional durante la infancia, con depresión, soledad, pérdida o separación.
La elección como objeto del delirio, en un momento determinado del trastorno, de una persona que goza de un cierto reconocimiento social permite al paciente mantener este objeto a distancia, en una posición donde el amor no se materializa, sino por el contrario donde este amor es mantenido por la imaginación en una forma delirante, incluso silenciosa.
Este amor platónico permite al paciente, en su lógica delirante, dar más fuerza a su pretensión de ser amado.
El amor platónico del paciente erotomaníaco o la «locura del amor casto» no está necesariamente exento de autoerotismo o de sensaciones voluptuosas cercanas a los fenómenos esquizofrénicos.
Tiene las siguientes características: los hechos que contradicen la convicción delirante inicial son reinterpretados en el sentido de esta última inventando tantos hechos explicativos como sean necesarios, por inverosímiles que sean.
Por esta razón, el cuadro clínico es entonces muy diferente al de una psicosis alucinatoria crónica y se parece, comparativamente, por así decirlo, a una paranoia benigna, o incluso asintomática.
Sin embargo, presenta los síntomas del trastorno paranoide de la personalidad tal como la definió su inventor Marcel Montassut, aunque en una forma menor: La erotomanía es una enfermedad mental grave con un rasgo de carácter duradero.
[6] La erotomanía puede estar asociada con otros elementos delirantes durante la psicosis paranoide crónica o incluso la esquizofrenia.
No hay amor a primera vista, y la persona tomada como objeto del delirio a menudo no es elegida durante un encuentro casual sino mediante deducciones delirantes, por ejemplo, cálculos astrológicos o alucinación acústica.
En otro estudio sobre una muestra de 49 casos, la proporción se invierte y la erotomanía secundaria es solo del 19 %.
Los pacientes con una condición «fija» están más gravemente enfermos con delirios constantes y responden menos al tratamiento.
Estas personas suelen ser mujeres tímidas y dependientes que a menudo no tienen experiencia sexual.
El tratamiento para este trastorno obtiene los mejores resultados cuando se adapta específicamente a cada individuo.
[6] Existen algunas evidencias de que en el trastorno delirante la pimozida tiene una eficacia superior en comparación con otros antipsicóticos.
[7] Para casos particularmente problemáticos, los neurolépticos y la separación forzada pueden ser moderadamente efectivos.