Tras realizar una visita a la ermita, el erudito valenciano don Luis B. Lluch Garín dijo: “De la ermita no queda más que el edificio.
Su estilo gótico adornado con fajones impostados, óculos, arcos apuntados y tímpanos, tiene como remate una airosa y elegante espadaña de dos hornacinas con cruz y veleta de hierro labrado.
La planta es rectangular, y termina formando un ábside con tres nichos para imágenes.
En sus paredes resaltan unas pilastras dóricas y un cornisamento que sirve de asiento a un techo plano.
La entrada la ocupa un coro con barandilla de hierro”.