Situada en el cerro del mismo nombre, domina el pueblo desde el este y se encuentra muy cerca del castillo de Guadamur.
[1] Es de estilo mudéjar temprano (siglos XIII-XIV).
En la villa existía la tradición de una remota aparición milagrosa.
La mención más antigua del culto en la ermita data de 1611.
El cuadro que se venera en el altar era en su origen un icono bizantino que representaba a Santa Ana con la Virgen niña en los brazos.