En 1519, Enrique salió victorioso en la Batalla de Soltau, aunque la intervención del recién elegido emperador Carlos V transformó la victoria lograda en el campo de batalla en una derrota.
Enrique retornó en 1527 durante el inicio de la Reforma en Luneburgo, e intentó recuperar el control del territorio con la ayuda de aquellos opuestos a la Reforma.
Pasó sus últimos días en la casa principesca en Luneburgo, que le había sido dada a él por su hijo mayor.
Fue enterrado en la abadía de Wienhausen donde todavía puede verse su lápida en la actualidad.
Enrique y Margarita de Sajonia (1469-1528) tuvieron los siguientes hijos: