Enrique II de Orleans

Longueville encabezó la delegación francesa en las conversaciones que llevaron al Tratado de Westfalia que acabó con la Guerra de los Treinta Años (1648).

Como príncipe soberano de Neuchâtel, y actuando como antagonista de los Habsburgo más que como un benefactor desinteresado, consiguió obtener la exención formal de sumisión al Sacro Romano Imperio para todos los cantones y asociados a la Confederación Helvética.

Su cuñado Luis II de Borbón, Príncipe de Condé (el gran Condé), encabezó el partido aristocrático en la Fronda.

Ella llegó a ser abadesa de Maubuisson.

[1]​ Nombró a Dominique Bouhours como tutor de sus dos hijos.

Ceremonia de ingreso de Enrique II de Orleans como caballero de la Orden del Espíritu Santo , en presencia de Luis XIII de Francia , el 15 de mayo de 1633. Cuadro de Philippe de Champaigne .
Escudo de armás del duque de Longueville.