Enrique III fue nombrado entonces cogobernante con su hermano mayor, pero la solución no funcionó y un año más tarde, bajo la presión de Enrique III, se decidió dividir los territorios de Legnica–Głogów–Lubusz y Breslavia.
Boleslao, como hermano mayor, decidió quedarse con Legnica, ya que recientemente se había descubierto oro en los ríos Kaczawa y Wierzbiak.
La guerra abierta entre Enrique III (que apoyó a Conrado) y Boleslao II era solo cuestión de tiempo.
Boleslao II, sin fondos, comenzó a plantearse la posibilidad de un conflicto armado con sus hermanos.
Entre los años 1250 y 1260 Enrique III se convirtió en el más poderoso duque Piasta de Baja Silesia.
Esta política en particular no agradó a la nobleza de Breslavia, que se levantó en 1266.
El pretexto surgió a mediados del año 1266 cuando se intentó forzar la división del Ducado de Breslavia entre Enrique III y su hermano, el Arzobispo Władysław de Salzburgo.
Władysław en ningún momento había participado en la revuelta y este levantamiento supuso una sorpresa total para él.
Enrique III no llegó a tiempo para celebrar su éxito, porque murió repentinamente pocos meses después, cuando contaba con solo treinta y nueve años de edad.
Además de la Kronika polska, la misteriosa muerte de Enrique III fue escrita incluso en su lápida: Anno domini Millesimo, Nonas Decembris obiit veneno inclitus dux Wratislaviensis Henricus tertius, secundus filius secundi Henrici, a Thartaris.
Enrique III fue enterrado en la Iglesia de Clara en Wrocław, que todavía estaba en construcción.