Las enmiendas suelen ser: Son las que se realizan con materiales orgánicos, como el mantillo, la tierra de brezo o de castaño, el estiércol, etc.
Disminuyen la compactación del suelo y aportan también nutrientes.
Pueden ser enmiendas básicas, que afectan a las propiedades físicas y químicas del suelo (por ejemplo, sobre el pH) estableciendo un medio más propicio para el desarrollo de un cultivo o pueden ser enmiendas orgánicas, que también actúan sobre la vida microbiana del suelo.
En suelos alcalinos, se puede utilizar fertilizantes acidificantes, como el sulfato de amonio, el fosfato monoamónico o fosfato diamónico.
Estos elementos pueden ser fertilizantes, pero este no es el objetivo principal de su uso.