Esto representó el primer incidente directo entre los dos países desde la guerra de Yom Kipur, casi cuarenta años antes.
Israel respondió con un «disparo de advertencia» y amenazó con nuevas represalias si los ataques persistían.
Un periodista extranjero dijo haber visto la pelea desde el lado israelí de la línea, con las fuerzas del gobierno conduciendo a los rebeldes hacia la frontera con artillería pesada.
Unos treinta minutos después, un proyectil cayó cerca de Tel Hazeka, en los Altos del Golán.
El 23 y 24 de marzo, nuevos incidentes se registraron en Tel Fares, cuando varios disparos que fueron realizados desde Siria alcanzaron un vehículo de patrulla israelí, y que fueron respondidos por el Ejército israelí contra un puesto militar sirio.
Israel llevó a cabo el lanzamiento de un misil antitanque guiado Tamuz a un puesto militar sirio, resultando dos efectivos sirios heridos y el puesto destruido.
El ataque se debió a la caída de un proyectil Kornet sirio sobre civiles israelíes dejando un joven muerto y tres heridos.
El 4 de julio Israel atacó dos objetivos militares en Siria en respuesta a un incidente "inusual" que se produjo en la frontera entre los dos países.
Las fuentes oficiales israelíes no reconocieron ninguno de estos dos ataques.
El comando general del Ejército sirio afirmó que se habían producido «pérdidas materiales en algunas instalaciones».
El intercambio se produjo en el marco de una advertencia emanada desde Teherán, según la cual el gobierno hebreo había cruzado una «línea roja» al matar a un general iraní.
El breve combate dejó un saldo de entre 2 y 15 soldados israelíes, y un casco azul español de la ONU muertos, así como nueve vehículos israelíes destruidos.
El ejército israelí no confirmó ni desmintió los reportes existentes acerca de dichos ataques.
Dichos ataques podrían estar destinados a debilitar al Ejército sirio.
[34] Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos no hubo víctimas.
[35] Israel atacó a Siria en represalia por la caída de cohetes en su territorio.
[42][43] Los ataques en días posteriores causaron más víctimas, entre ellas el coronel de la resistencia palestina Abdurahman.