Durante la Primera Guerra Mundial permaneció en Bucarest y dirigió la Sinfonía nº 9 de Ludwig van Beethoven (que se tocaba íntegramente por primera vez en Rumanía), composiciones de Hector Berlioz, Claude Debussy, Richard Wagner, y también sus propias composiciones: la Sinfonía nº 2 (1.
En el mismo año tuvo lugar la primera edición del concurso de composición que lleva su nombre: George Enescu.
Hizo algunos viajes hasta Estados Unidos, donde dirigió las orquestas de Filadelfia (1923) y Nueva York (1938).
Entre sus alumnos se encuentran violinistas como: Christian Ferras, Ivry Gitlis, Arthur Grumiaux, Ginette Neveu o Yehudi Menuhin.
Este último manifestó un gran cariño y admiración por Enescu, considerándolo como su padre espiritual: