Criado en un ambiente familiar impregnado de música, su padre -violinista aficionado y buen luthier- le da sus primeras clases, para continuar con su paisano Lecloux-Dejonc, que advierte en él grandes cualidades.
Con solo seis años, en 1826 inicia su carrera concertística junto a su profesor, con el Concierto para Violín y Orquesta n.º 5 de Jacques Rode.
Permanece en la capital del Sena hasta 1833, alternando sus estudios con una importante actividad concertística por la propia Francia, Bélgica, Alemania, Italia (donde conoce a Paganini) y Estados Unidos.
Poco después tiene que abandonar el cargo, aquejado de una grave enfermedad, y no reasume su labor docente hasta 1877.
En 1879 la enfermedad no le permite continuar y se traslada con su hermana a Mustafá (Argelia), donde esta residía con su marido.
Muy debilitado fallece en Argel en 1881, pero su cuerpo es trasladado a Bélgica donde es recibido como un héroe nacional y enterrado en Verviers, su ciudad natal.