La endocarditis infecciosa es una infección de la superficie interna del corazón humano, generalmente en las válvulas.
[1] Los síntomas pueden incluir fiebre, pequeñas áreas de sangrado en la piel, soplo cardíaco, sensación de cansancio y recuento bajo de glóbulos rojos[1] Las complicaciones pudieran incluir flujo sanguíneo retrógrado en el corazón, dificultad para bombear una cantidad suficiente de sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo o sea insuficiencia cardíaca, conducción eléctrica irregular en el corazón, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal[1][2] La causa de esta enfermedad suele ser una infección bacteriana o con menor frecuencia, una infección por hongos.
[1] Los factores de riesgo incluyen la enfermedad cardíaca valvular, incluida la enfermedad reumática, la enfermedad cardíaca congénita, las válvulas artificiales, la hemodiálisis, el uso de drogas vía intravenosa y los marcapasos electrónicos.
[3] Las bacterias más comúnmente involucradas son los estreptococos o estafilococos[1] El diagnóstico se sospecha con base en los síntomas y se respalda con hemocultivos o ecografías del corazón[1] Existe una forma no infecciosa de endocarditis[1] El uso de antibióticos después de un procedimiento dental para prevenir la endocarditis infecciosa no está claro.
[3] Sin embargo, las tasas varían entre las diferentes regiones del mundo[3] La endocarditis infecciosa ocurre en hombres con más frecuencia que las mujeres[1] El riesgo de muerte entre los afectados es de alrededor del 25%[3] Sin tratamiento, es casi universalmente fatal[1]