Los hemocultivos son una herramienta diagnóstica esencial para determinar la presencia de microorganismos en sangre como bacterias.
Una vez inoculados los frascos invertirlos varias veces para mezclar la sangre y el medio de cultivo.
Según la bibliografía si la extracción es con jeringa se introducirá primero la sangre en el frasco de anaerobios y a continuación aerobios.
(El sistema de palomita tiene aire que se podría introducir en el vial).
[4] Es importante extraer al menos dos muestras para cultivo en dos lugares distintos, si en uno se aíslan bacterias que forman parte de la piel y en otro no, puede admitirse sin riesgo que la bacteria encontrada en el primer cultivo es un contaminante y no responsable de la infección del paciente.
Por lo que es tan importante una correcta técnica de extracción, transporte y procesamiento.
Por ello en un protocolo correctamente establecido es imprescindible la rigurosa exclusión de aquellos factores que influyan negativamente en el rendimiento del hemocultivo.