La denominación encargado de enfermo o encargado de individuo dependiente (o expresión equivalente) designa a una persona que convive o que pertenece al entorno inmediato de un enfermo, sufriente, o individuo con pérdida de autonomía, y que se encarga del mismo en cuanto a su salud y en cuanto a sus necesidades básicas y del diario vivir.
[7] Es testimonio de esta tendencia el llamado en este sentido concretado en Francia en el año 2013, y respaldado por un colectivo de personalidades, entre los que se contaban la exministro Paulette Guinchard-Kunstler y el sociólogo Serge Guérin.
Quien pase a cumplir estas funciones no necesariamente debe ser un profesional de la salud ni debe ser considerado como tal por nadie (aun cuando pueda tener cierta formación afín completa o incompleta), pues es una persona de alguna manera ligada y relacionada con quien recibe los cuidados y la atención, a veces con lazos familiares o afectivos con el implicado, a veces por haber experimentado la misma enfermedad o el mismo conflicto que él, etc.[10] El encargado natural y principal, le brinda distintos servicios a la persona problematizada, le prodiga cuidados en soledad o en colaboración con ciertos profesionales de la salud, le resuelve distintas necesidades del diario vivir, le cumple trámites administrativos diversos, le coordina las visitas de médicos y técnicos sanitarios, etc.
También puede tomar el rol de persona recurso, respondiendo a preguntas e interrogantes del afectado, tal como describe el modelo de Hildegard Peplau.
[10] La empatía se ubica generalmente a similar nivel entre el encargado de la persona dependiente y el individuo doliente, ya que por efecto espejo se establece naturalmente cierto grado de afectividad, emotividad, comprensión, y acercamiento entre ambos.