Psicología humanista
[1] Nace en Estados Unidos con el lanzamiento del manifiesto Bugental,[2] como reacción al psicoanálisis y conductismo más ortodoxo que imperaban en la práctica psicoterapeútica en aquel entonces.[3] Sin embargo, esta corriente no se ha considerado nunca a sí misma como competitiva con las otras dos sino con vocación de complementarlas, e incluso integrarlas en un contexto teórico más amplio.El psicoanálisis, desde un punto de vista radicalmente contrario, defendía que la conducta observable (es decir, cuantificable) del ser humano tiene sus raíces en un nivel no cuantificable al que se denomina inconsciente.[5][6][7] Pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad),[7] cuestionando una concepción de la psicología que, desde la vocación de reconocerse como una ciencia natural, reducía al ser humano a variables cuantificables (conductismo), o centrada tan solo en aspectos negativos y patológicos del ser humano (psicoanálisis).Es decir: tanto el psicoanálisis como el conductismo, se basaban, principalmente, en tratar al ser humano como animal, cosa que es, pero no solamente (el psicoanálisis se centraba en los instintos y el conductismo en los mecanismos de acción, reacción y refuerzo.Sin embargo, se pueden sistematizar sus influencias en varios grupos principales: Dentro de esta corriente, los enfoques teóricos y terapéuticos son tan diversos que no es posible plantear un modelo teórico único.Afirma que incluso en las condiciones de sufrimiento y deshumanización más extremas, es posible encontrar una razón para vivir, un significado.[19] Esa reflexión le llevó a desarrollar la logoterapia (psicoterapia mediante el sentido).Tal y como explica el mismo Frankl Logos es una palabra griega que equivale a "sentido", "significado" o "propósito".Para Frankl, la primera fuerza motivante del ser humano, es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida.Estos guiones están basado en mensajes implantados en la infancia, los cuales constituyen un marco de referencia sobre cómo actuar, relacionarse y vivir.[21] Además, Varela y colaboradores están entre los pioneros de la ciencia cognitiva encarnada, paradigma de las ciencias cognitivas que sostiene que muchas características de la cognición están determinadas por aspectos de todo el cuerpo del organismo,[22][21] una idea coherente con afirmaciones clásicas del psicodrama, las terapias corporales y la psicología humanista, y que contrasta con el énfasis intelectualista que solía caracterizar (y hasta cierto punto todavía caracteriza) a la ciencia cognitiva.