Sin embargo, el verdadero poder lo mantuvo su madre, la Emperatriz Lü Zhi, recordada como una gobernante extremadamente cruel y despiadada.
Se cuenta que Hui tuvo un carácter apacible, pero incapaz de ejercer autoridad alguna.
[3] Apenas fue elevada a Emperatriz viuda, Lü Zhi inició una conspiración contra la Consorte Qi y su hijo Liu Ruyi, quien podría reclamar el trono imperial.
Después convocó al príncipe Liu Ruyi a la capital con la pretensión de matarlo junto con su madre.
Unos días después, Lü llamó a Hui para que contemplara al "cerdo humano".
Varios reyes locales fueron reconocidos como monarcas independientes, aunque igualmente debían de realizar tributos hacia el emperador.
Su entierro ocurrió el 19 de octubre; se dice que la Emperatriz Lü Zhi no derramó ni una sola lágrima.