Era hijo de un adornista y envelador, negocio con el que continuó durante toda su vida.
Realizó únicamente estudios primarios, aunque fue un gran lector, con especial predilección por la literatura francesa.
Asistía a menudo a tertulias literarias, como la del Café Nou de la Rambla, por lo que se adentró en los ambientes literarios, especialmente los contrarios al historicismo de la Renaixença.
En 1868 inició colaboraciones literarias en diversos semanarios satíricos como La Pubilla, La Barretina, Lo Mestre Titas y Lo Somatent, a menudo con el seudónimo J.O.M.
En sus narraciones trasluce un cierto escepticismo, con un tono satírico y humorístico no exento de sentimentalismo.