Poco después se le encargó el montaje de una fábrica en Simferopol para construir en ella, bajo licencia, otros aviones militares (Farman, Morane-Saulnier, Nieuport).
Su primer diseño fue el avión militar caza monoplaza D1 Dewoitine D.1 siguiendo las especificaciones publicadas por la Dirección Nacional de Aeronáutica y que resultó un éxito siéndole engargados treinta aparatos para la Armada Francesa y siendo exportado a numerosos países.
Aceptadas las especificaciones técnicas, se le encargaron dos prototipos del D1 para 1921 haciendo su primer vuelo en noviembre de 1922.
La empresa fue restablecida en París en marzo del año siguiente como Société Aéronautique Française (Avions Dewoitine) o SAF.
La caída de Francia y la firma del subsiguiente armisticio con Alemania puso fin a estas gestiones.
Después, se trasladó a Argentina donde en 1946 fue contratado y trabajó para la Fábrica Militar de Aviones en Córdoba, desarrollando junto a un equipo de ingenieros y diseñadores argentinos el Pulqui I, el primer avión propulsado por un reactor fabricado en Sudamérica.