[1] La retina se forma a partir de dos vesículas ópticas que nacen directamente de la porción anterior del cerebro primitivo, llamada prosencéfalo, al que están conectadas mediante los tallos ópticos.
La pared interna (que recubre el interior del cáliz óptico), dará lugar a la retina, mientras que la pared externa formará la lámina de células epiteliales ricas en melanina.
[2] El mesénquima que rodea las copas ópticas comienza a formar hendiduras que contienen vasos sanguíneos a lo largo de la superficie inferior de cada copa y en el tallo óptico.
Estas hendiduras, llamadas fisuras coroides, permiten a la arteria hialoidea alcanzar la cámara interna del ojo.
La depresión macular (la fóvea) empieza a formarse durante el octavo mes y no termina de formarse hasta aproximadamente 6 meses después del nacimiento (razón por la cual la visión al nacer es incompleta).
[2] A partir del tercer mes, el crecimiento del cáliz óptico origina el cuerpo ciliar y el futuro iris, que forma una fila doble de epitelio frente al cristalino.
En el caso del desarrollo de los ojos, la vesícula óptica, la cual se extiende desde el diencéfalo, es uno de los principales tejidos inductores, promoviendo que el ectodermo cefálico empiece a formar la placoda del cristalino en aquellas zonas donde ambos se encuentran.
La primera estará compuesta por células capaces de producir el pigmento melanina y la segunda está constituida por glía, células ganglionares, neuronas fotoreceptoras sensibles a la luz y al color (bastones y conos) e interneuronas, donde las células ganglionares son las responsables de enviar pulsos eléctricos al cerebro a través de axones que extienden desde la base del ojo hacia el pedículo óptico, más conocido como nervio óptico.
(Gilbert, 2005) La retina neural funciona como inductor para que la vesícula del cristalino, la cual induce al ectodermo prospectivo de la córnea a diferenciarse en la córnea, se termine de diferenciar en el cristalino.
A este tipo de interacciones se les conoce como inducciones recíprocas.
Se ha propuesto que está involucrado en suprimir la expresión de Pax6 en el centro del embrión, dividiendo así el campo ocular en dos (Chiang et al, 1996) Presión del líquido intraocular Durante la diferenciación del cristalino y la córnea, el líquido intraocular juega un papel muy importante ya que genera la presión necesaria para que la córnea adquiera la curvatura correcta para que la luz se concentre sobre la retina (Gilbert, 2005).
Cyclopia and defective axial patterning in mice lacking sonic hedgehog gene function.