El embajador español es nombrado en Consejo de Ministros.
Las relaciones diplomáticas entre España y Guatemala han pasado por diferentes fases desde la firma del Tratado de reconocimiento, paz y amistad entre España y Guatemala en 1884[4].
Por lo que el gobierno español retiró a su Embajador Máximo Cajal y López[8], superviviente de la quema de la Embajada, y no es hasta 4 años después que se nombrará[9] a un nuevo Embajador.
Fue una medida extrema, especialmente difícil y dolorosa por ser un país de la familia iberoamericana, pero plenamente justificada ante un gobierno que cometió un evidente abuso de poder.
Pasados cuatro años, y tras las disculpas y reconocimientos de la parte guatemalteca —recogidos en el Comunicado Conjunto firmado en Bogotá en septiembre de 1984— las relaciones se reanudaron y paulatinamente se fueron normalizando con los sucesivos gobiernos democráticos.