Emília Coranty Llurià
En 1888 se casó con Francesc Guasch y Homs en Barcelona y aprovechó para presentar algunas obras a la Exposición Universal que se celebraba aquel año en la ciudad condal, ganando dos medallas de bronce, antes de volver con su marido a Roma a continuar sus estudios respectivos.[12] Junto a Mary Cassatt, Rosa Bonheur, Lea Mesritt y otras artistas del momento, participó en la Exposición Universal de Chicago de 1893, donde había un pabellón solo para las artistas diseñado por la arquitecta Sophia Hayden.También figura como profesora auxiliar gratuita a las Memorias de la Escuela,durante los cursos 1900-01 y 1901-02, en cambio a la del año siguiente 1902-03 se lee: «se le ha asignado sueldo».En 1923, con la muerte de su marido, según se especificaba a su testamento Emília, su viuda, legó toda una serie de bienes destinados a crear los premios Guasch-Coranty, uno de los cuales se tenía que otorgar anualmente a la alumna que presentara los mejores trabajos en la asignatura de la cual ella había sido profesora y otros de quinquenales, que se tenían que alternar entre los mejores pintores y las mejores pintoras, tanto nacionales como extranjeros.[1] Tanto ella como Pepita Teixidor eran prácticamente las únicas mujeres catalanas representadas a la colección del Museo de Bellas Artes de Barcelona en la segunda década del siglo XX.Con este objeto se creó la Fundación Guasch-Coranty, que a principios del siglo XXI dispone de muy pocos fondos.