[1][2] Pertenecía a una familia acomodada y culta, que se relacionaba con el ambiente modernista de la época.
Su participación en el mundo artístico se inició en Els Quatre Gats, donde fue la única mujer que expuso.
Colaboró en la revista Feminal, en ella ilustró cuentos de las mejores escritoras catalanas del momento (Dolors Monserdà, Caterina Albert, Carme Karr, etc.).
José Vilaseca, Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner eran la vanguardia y comenzaban a construir edificios.
Lluïsa Vidal era dormilona, enérgica, generosa, cariñosa, independiente, y a veces bastante extremista, sus hermanos pequeños le decían “mamita”.
La familia Vidal era miembro de la sociedad filarmónica local, y tenían un palco en el Gran Teatro del Liceo.
Francesc Vidal confió la preparación artística de Lluisa a los que consideraba los maestros más interesantes y dotados.
A los diecisiete años estudiará pintura con Mas y Fontdevila, considerado uno de los mejores pintores del periodo.
Lluïsa conoce al padre Jaume Collell, en Els Dachs, una masía situada en las afueras de Vich, ciudad natal del abuelo Puig, donde iban a veranear.
El retrato, así como las cartas y todos los dibujos que a Lluisa le solían regalar por su santo, desaparecieron, seguramente quemados durante la guerra civil española.
Primero visitó el Louvre, y la exposición del Salón de París, se sentía sola, aunque el hecho de conocer artistas y visitar sus talleres le estimulaba la ambición artística, pero también le socavaba la confianza en su propio talento.
Lévy conocía muy bien las reglas del juego, mientras ella se sentía perdida entre tantos artistas ambiciosos y con talento.
La academia basaba su exitosa estrategia en talleres separados para hombres y mujeres, pero regidos por los mismos principios, utilizando modelos vivos.
Visitó los museos más importantes, Joseph Mallord William Turner la alabó como exquisita y Jean-François Millet, magistral.
Más adelante vuelve a la Academia Julian, sin entusiasmo, y pide una reducción de tarifa que no conseguirá.
Picard demostró un gran interés por el desarrollo artístico de Lluïsa, y que le llevó a su estudio; habiendo una considerable compenetración entre ellos.
Su falta de aprendizaje formal previo, la obligaba a realizar un esfuerzo importante durante las clases para así recuperar el tiempo perdido.
Los Vidal, aquel verano alquilaron una casa en Blanes, querían un lugar más tranquilo y Lluisa estaba deseando pintar el mar.
La exposición levantó controversia debido al retrato que le hizo a María Pella, la cual se disgusta por el modo como la había plasmado, y le pide que la retire de la exposición, mas Lluïsa no accederá a esa petición.
Lluïsa, la única pintora representada, colgó el óleo intitulado Posant-se la jaqueta (Poniéndose la chaqueta), valorado en 1000 pesetas.
Claudi en aquellos momentos se encuentra en Londres pasando hambre, ya que su padre no le envía dinero.
Lluïsa ilustrará el relato mensual de la revista Feminal desde 1907 a 1915, con ello conseguirá un ingreso regular, aunque insignificante.
Lluïsa Vidal se especializó en retratos, en escenas íntimas de género, paisajes, y celebraciones populares pintadas al aire libre.
En 1898, la Sala Parés organizó una exposición de obras hechas exclusivamente para “señoras y señoritas”, en la que Lluïsa decidió no participar.
No se identificaba con la sensibilidad femenina de la pintura floral, ni le interesaban especialmente los paisajes, aunque los pintaba por encargo.
Su padre le había inculcado unos rasgos considerados masculinos en la época: capacidad de trabajo, competitividad, pensamiento independiente y gusto artístico.
Fue la única mujer con suficiente talento para ser admitida a Quatre Gats, así sus dotes siempre se etiquetaron como masculinos.
Todo lo que había expuesto en la Sala Parés formaba parte de las nuevas tendencies aceptadas por el arte francés.
Entre sus clientes estaban: Maria Luisa Güell, Mossèn Jaume Collell de Vich, Carme Karr, Caterina Albert (Victor Català), Dolors Monserdà, Margarita Xirgu, Ricard Canals, Manuel Fuxà entre otros.
Acababa de cumplir treinta años, rellenita y muy elegante, la artista se dispone a salir del estudio.