En el salto de longitud, Clark usaba su sombrero para marcar su carrera.
Solo en el tercer intento y único sin el sombrero, Clark consiguió un salto válido, suficiente para el oro.
Le siguieron sus compañeros americanos Connolly y Robert Garrett con 1,65 metros.
A los 32 años, aún competía en pruebas importantes, compitiendo en carreras hasta los 56.
Destacó como escritor, abogado, entrenador de atletismo, profesor y concejal en Boston.