Aún hoy continúa siendo el único atleta que lo ha conseguido contabilizando sólo pruebas individuales.
Su victoria en el salto de longitud también fue muy disputada ya que venció por tan sólo 1 cm a Myer Prinstein.
Algunas fuentes afirman que cuando Prinstein supo de la noticia agredió a Kraenzlein.
En 1902 comenzó a trabajar como dentista y se casó con Claudine Gilman.
Como entrenador tendría bajo su mando al futuro campeón olímpico Ralph Craig.