Electra (Galdós)

[1]​ Plantea la personal versión del escritor canario del mito llevado a tragedia sucesivamente por Esquilo, Sófocles y Eurípides, y recuperado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia de la cultura.

La reacción de la España tradicionalista y conservadora, para asombro del propio Galdós, fue mucho más sonora de lo que él había esperado,[5]​ provocando lo que galdosistas como Finkenthal, Berkowitz o el propio Pedro Ortiz-Armengol han analizado y entendido como una conspiración ultramontana orquestada desde la Santa Sede,[6]​ para conseguir que el genio literario de Galdós no fuera reconocido con el Premio Nobel de Literatura.

[10]​[nota 3]​ El estreno de Electra, además, estuvo rodeado por otras circunstancias que ayudaron a convertirlo en un escándalo nacional con las dos Españas tradicional y eternamente enfrentadas como auténticas protagonistas del drama —y 36 años después, tragedia—; circunstancias de orden internacional como la ley de asociaciones que en aquellos años se estaba discutiendo en el Parlamento francés, y que iba a producir una avalancha hacia España de congregaciones católicas expatriadas de suelo galo (especie de segunda invasión francesa que en círculos liberales despertaba tanto o más pánico que el que había producido la napoleónica en la médula del pueblo español).

[11]​[12]​ Pero el agente externo que al parecer más influyó en la desproporcionada repercusión de Electra en la sociedad española del inicio del siglo XX fue el llamado "caso Ubao", un suceso que había acaparado la morbosidad de la prensa nacional en los meses anteriores al estreno.

[11]​ El "caso Ubao" acabó en el Supremo, donde Nicolás Salmerón, como representante de la posición familiar y aduciendo como razón que Adelaida no había cumplido la edad legal de 25 años para poder 'tomar estado', pidió la anulación de la resolución judicial que había fallado en favor del convento, empeñado en retener a la novicia.

Siendo aún una idea, Electra fue rechazada por los actores-empresarios María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza por considerar que el tema podría escandalizar a su público habitual.

Atendió entonces Galdós una solicitud hecha por Federico Balart, desde la directiva del Teatro Español, llevando la idea al libreto teatral Electra durante su veraneo santanderino de 1900 y entregándola al empresario en octubre de aquel año.

[11]​[nota 4]​ Leída y ensayada la obra, lo más difícil fue resolver en la puesta en escena las apariciones de los espectros que ponen el toque fantástico al melodrama y que finalmente se resolvió con un ingenioso juego de espejos.

Los hombres se pusieron en pie y gritando, agitaban sus sombreros (entre ellos, en la tercera fila, el exministro Canalejas.

Electra también viajó a América, visitando varias capitales del continente (en Buenos Aires se representó simultáneamente en tres salas distintas), y llegó hasta Manila, en Filipinas.

La actriz Matilde Moreno en el papel de Electra. Fotografía publicada en la revista El Teatro (abril de 1901).
Acto tercero
Caricatura en Don Quijote , donde se representa a Galdós ensartando con una pluma - lanza —denominada Electra— a un clérigo y una monja.
Acto quinto