Allí resultó elegido el cardenal Cencio Camerario Savelli,[1] quién tomó el nombre de Honorio III.
Se deliberó a puerta cerrada,[4] aunque no está claro si voluntariamente o bajo presión de las autoridades locales.
[5] Se decidió elegir al nuevo Papa por compromissum, es decir, no por todo el Colegio cardenalicio, sino por la comisión de algunos de ellos, facultada por el resto de nombrar al nuevo Pontífice.
Esta vez, el comité incluyó sólo dos cardenales-obispos: Ugolino de Ostia y Guido de Palestrina.
[6] Ese mismo día, se eligió al cardenal Cencio, llamado Camerario, de 68 años, quien aceptó su elección y tomó el nombre de Honorio III.