En esta elección, por primera vez el nuevo Papa fue elegido per scrutinium.
Celestino III había sido elegido para el papado en 1191 a la edad de 85 años.
A pesar de su edad muy avanzada, su pontificado duró casi siete años.
Los cardenales rechazaron la propuesta, por ser incompatible con la norma de que las elecciones papales deben ser libres.
Algunos cardenales fueron elegidos escrutadores: tenían que contar los votos, para registrar el resultado, que luego fue anunciado al resto del Sagrado Colegio.