Saito anuncia que los prisioneros deberán trabajar en la construcción de un puente sobre el río Kwai para completar la línea del tren entre Bangkok y Rangún.
Sin embargo, cuando Saito exige que todos los hombres, incluidos los oficiales, realicen trabajos manuales, Nicholson se rehúsa porque, bajo los Convenios de Ginebra, los oficiales no pueden ser obligados a realizar dichas labores.
Saito reitera sus exigencias, pero Nicholson no cede, por lo que él y sus oficiales son encerrados en «hornos», pequeñas cajas de hierro que son expuestas al calor del sol.
Nicholson supervisa que la construcción del puente se lleve a cabo exitosamente ya que es un perfeccionista y ve la obra como un símbolo de su profesionalismo e integridad personal y la superioridad británica.
Por ello, el premio Óscar al mejor guion adaptado fue acreditado a Pierre Boulle.