El porquerizo

Una vez conseguido el puesto, crea un puchero con campanillas que tintinean una canción.

La princesa acepta y rodeada por sus damas le da los diez besos al porquerizo.

En los dos mencionados la princesa y el príncipe continúan juntos cuando se revela la verdadera identidad del príncipe; sin embargo, el cuento de Andersen deja a la princesa llorando y lamentándose por sus desgracias.

Charles Boner lo tradujo por primera vez al inglés en 1846, y lo publicó en A Danish Storybook.

La diferencia, sin embargo, es que la princesa en esos cuentos muestra sus marcas de nacimiento al joven.

[2]​ El cuento ha sido adaptado a otros medios, como teatro o danza.

La princesa desterrada comienza a lamentarse.