El juramento (zarzuela)

Es notable la fuerte influencia francesa, originaria principalmente de París, sin duda la capital cultural por aquella época.

Podemos encontrar en su obra tanto números propiamente europeos (la cavatina) como aquellos pertenecientes al lenguaje hispánico (la tirana).

Incluso los personajes secundarios deben reunir las aptitudes vocales y facilidades interpretativas necesarias para hacer frente a las diversas situaciones, como la escena de los borrachos.

La acción se desarrolla en 1710, sin haber finalizado todavía la Guerra de Sucesión Española entre Felipe V y los austriacos.

Esta y el Conde, aconsejados por un procurador, deciden casarse, zanjando así un pleito que separaba a ambas familias desde hace tiempo.

Allí, el Marqués se encuentra con Carlos, su íntimo amigo, que le cuenta sus desgracias.

Ante ello el Marqués promete ayudarle, aunque no le dice cómo, obligándole a marcharse de la quinta.

También ofrece ayuda a María, quien le había pedido que estorbe su boda con el criado Sebastián.

Pasado ya un mes después de la boda María y el Marqués se comportan como si fueran solteros, alojándose en habitaciones separadas.

Éste, conmovido ante tanta generosidad, acepta marcharse no sin antes dejar una nota a María donde le indica su próximo retorno.

María, al ver que su esposo se ha marchado sin decir nada corre en su búsqueda acompañada por el criado del Conde.

Repentinamente llega don Carlos con el perdón del Rey, conseguido gracias a la Baronesa, liberando al Marqués de su juramento.

Flautín, flauta, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 2 trompas, 2 cornetines, 3 trombones, timbales, triángulo, bombo, cuerda y banda (dentro).

Haciendo mención especial de la Mora (María) y Obregón (el Marqués), que desempeñando los principales, supieron colocarse a una gran altura.

Muchos barítonos del siglo XX la mantuvieron entre sus preferidas, como Luis Sagi Barba o Marcos Redondo.