El encubrimiento freudiano es una teoría introducida por la trabajadora social Florence Rush en 1971, quien afirmó que Sigmund Freud —el padre del psicoanálisis— ignoró y descartó intencionalmente la evidencia de que sus pacientes fueron víctimas de abusos sexuales.
[1]Y también publicado en su libro The Best Kept Secret: sexual abuse of children en 1980.
Al principio de su carrera, Freud creía que las niñas a menudo experimentaban abuso sexual, pues la mayoría de sus pacientes mujeres reportaban sus historias donde los perpetradores era casi siempre una figura masculina adulta.
Freud entonces, para no incriminar a la mayoría de hombres de la sociedad —indica que también su propio padre era un perverso— al abandonar su primera teoría, prefirió pensar en que serían fantasías, más que una realidad, y si hubiese una seductora en fantasía o en la realidad, sería más bien la madre, tanto para niños y para niñas.
Otras feministas que apoyaron las afirmaciones de Rush son Susan Brownmiller, Louise Armstrong y Diana Russell.
A los hombres victorianos se les permitía disfrutar del sexo prohibido, siempre que lograran mantener ocultas sus indiscreciones.
Según Gay, no había ningún motivo siniestro u oculto para cambiar su teoría; Freud era un científico que buscaba los hechos y tenía "derecho" a cambiar sus puntos de vista si se le presentaban nuevas pruebas.