Todas ellas se levantaron en lo alto de cerros desde los que tenían gran visibilidad y fácil defensa.
Se trata torres de planta cuadrangular rodeadas por un pequeños fosos o trincheras que dificultarían un posible ataque enemigo.
Todas ellas está construida en mampostería reforzadas con sillares de piedra en las esquinas y revocadas de yeso en el interior.
La de Chiprana es de poca altura, con troneras para fusiles en sus muros, rematada con almenas y rodeada por un pequeño foso artificial.
Recientemente ha sido restaurada por el ayuntamiento de la localidad y se encuentra en buen estado de conservación.