Los primeros núcleos humanos que poblaron El Espinal datan de finales del siglo XVII.[1] En cuanto a la educación el municipio cuenta con 15 instituciones entre el nivel preescolar, primaria, secundaria ,preparatoria y universidad.El Espinal es un pueblo que conserva costumbres ancestrales, con cierta modificación pero con importante esencia espiritual.En el municipio la fiesta grande es en noviembre, meses antes, el presidente municipal reúne a los representantes de agrupaciones y asociaciones en el Palacio Municipal para decidir si existen las condiciones económicas y sociales principalmente que permitan la realización de los festejos.En nuestros tiempos la actividad económica ya no se basa principalmente en la agricultura, una gran parte de la población son obreros, profesionistas y artesanos pero se sigue celebrando el acto protocolario donde el pueblo, a través de sus representantes, es quien decide si se hacen o no los festejos y la fecha de estos.En septiembre se integra la junta de jaripeo, para ello el presidente municipal convoca al pueblo.Tan arraigada es la costumbre en el ánimo del pueblo espinaleño que la cuota o tequio resulta una obligación moral.Todo comienza el viernes por la noche con la calenda que organizan los mayordomos, recorren las calles y avenidas principales de la población acompañados por música de la banda del pueblo, cohetes, faroles y la quema del tradicional torito.Los visitantes llegan de muchos rincones de nuestro país; son espinaleños y espinaleñas que no han olvidado a su pueblo ni los milagros que la Virgen les ha concedido.Se reúnen de nueva cuenta los amigos, los parientes y todos aquellos que deseen asistir a la verde enramada.Los creyentes sostienen en su diestra el pábilo, que es bañado de cera hasta formar el tamaño adecuado.La fiesta dura hasta el amanecer del día siguiente, las espinaleñas lucen el hermoso traje regional, de “tehuana”, con vistosos listones y trenzas en su cabellera.El varón, usa guayabera blanca de manga larga o corta y pantalón oscuro.