Hombre de existencia románticamente convulsa, prestigioso articulista en la época del primer florecimiento del periodismo en España, la exitosa vida profesional de Larra contrasta con sus sonados fracasos amorosos, que le llevaron a suicidarse a sus veintiocho años.
Precisamente es el rey y su corte quienes sirven de marco histórico para la novela.
Pero Fernán Vadillo descubre el engaño de su mujer y mata a Macías, mientras que Elvira pierde la razón.
La frágil salud física del monarca provocó un caos político alentado por su hermano don Fernando de Antequera.
Murió peleando en la guerra de Granada contra los moros y se convirtió en símbolo del doncel perfecto.