Einar Sigurdsson

[1]​ Cuando Sigurd murió en la batalla de Clontarf, dejó cuatro hijos: Brusi, Sumarlidi, Einar y Thorfinn el Poderoso.

Brusi estuvo dispuesto a ello, pero Einar le dijo a Thorfinn que las posesiones que ya tenía bajo gobierno en Escocia era suficiente reparto y se quedó con el tercio de las islas de Sumarlidi.

Cuando Einar lo supo, encabezó sus fuerzas para capturarle, y lo ejecutó junto algunos de sus hombres.

A su regreso, Einar ya estaba reclutando un ejército de nuevo, y Brusi tuvo que interceder entre ellos otra vez.

[8]​ Jesse Byock compara la figura despótica del jarl Einar y el trato hacia los bóndi a quienes exigía obediencia, con los colonos de Islandia y su relación con los goði que les consideraba más aliados que siervos.

Byock quiere demostrar que la sociedad vikinga no era uniforme, sino adaptada a las circunstancias y evolución de los asentamientos.