Originalmente tenía intención de seguirlo en el oficio, pero más tarde decidió estudiar en la Accademia di Belle Arti di Firenze, donde entre sus instructores se encontraban Enrico Pollastrini, Stefano Ussi y Antonio Ciseri.
Causó una gran impresión entre la crítica porque su tamaño monumental era atípico para obras de ese género.
En general, sus figuras fueron retratadas de una manera severa y realista, lo que le puso en conflicto con su agente, Luigi Pisani, que quería escenas más "educadas".
Se recuperó en 1897 y fue invitado a participar en la Bienal de Venecia .
Prefería pasar el tiempo solo en el campo, fuera del foco de atención.