Otro efecto importante son cambios en las corrientes oceánicas, incluido el debilitamiento de la circulación meridional del Atlántico.
[4] La estratificación del océano ocurre naturalmente debido a cambios de densidad en el agua causados principalmente por diferencias en temperatura o salinidad.
Debido a que el calentamiento proviene principalmente de la atmósfera, la capa superficial del océano recibe más calor, lo cual reduce su densidad e incrementa la separación con las capas de agua más profundas.
Por lo tanto, el calor que no es absorbido por el océano irá a la atmósfera y a la tierra, resultando también en un incremento en la cantidad de energía disponible para ciclones tropicales y otras tormentas.
Éstos nutrientes sustentan la producción primaria y por ende a los ecosistemas marinos, por lo que un océano más estratificado tiene menor capacidad para almacenar carbono.
Es muy probable que las olas de calor marinas hayan duplicado su frecuencia desde 1982 y estén aumentando en intensidad [...].
Al absorber más CO2, el océano ha sufrido una acidificación superficial cada vez mayor [...].
La parte superior del océano (por encima de los 700 m) es la que se está calentando más rápidamente.
[12] El patrón de calentamiento es diferente en el Océano Antártico (a 55°S), donde el calentamiento más alto (0.3 °C por siglo) se ha observado a una profundidad de 4500 m.[12] : Figure 5.4 La temperatura del océano varía de un lugar a otro: las temperaturas son más altas cerca del ecuador y más bajas en los polos.
[21] El agua oceánica puede absorber una gran cantidad de energía debido a su alta capacidad calorífica en comparación con los gases atmosféricos.
[19] Debido a ello, la capa superficial del océano contiene mayor energía térmica que toda la atmósfera terrestre.