Aunque se atribuye el uso de este término por primera vez al sociólogo Robert K. Merton en un artículo publicado en 1968 en Science,[1] su uso se ha extendido a otras disciplinas como la economía, la psicología y la educación, en las cuales se refiere tanto a bienes materiales, como el dinero o los valores inmateriales como la confianza o el prestigio social.
En educación, el término fue adoptado, entre otros, por Keith Stanovich, psicólogo con labor investigadora en desórdenes en la lectura y escritura.
Esto se produce porque los niños que fracasan en lectura, leen menos, aumentando la brecha entre ellos y sus compañeros.
En este caso se refiere al fenómeno por el que los adultos que tienen los más elevados niveles de educación primaria son más propensos a continuar con sus procesos de formación y aprendizaje, mientras que aquellos con los más bajos niveles de educación primaria tienen una menor tendencia a continuar con estudios reglados superiores.
Interpretándolo en sentido inverso, se produce la conocida como ley de Stigler.