Educación incaica

Los candidatos también fueron presentados al soberano inca, quien se perforó las orejas con grandes colgantes y felicitó a los jóvenes aspirantes por la competencia que habían demostrado, recordándoles las responsabilidades asociadas a su puesto (y el nacimiento, en el caso de los miembros de la realeza.)

Las mujeres aprendieron la tradición inca y el arte de la feminidad, así como las habilidades relacionadas con el gobierno, pero en una escala limitada en comparación con los hombres.

Cuando llegaron los cronistas y conquistadores españoles, vieron estas instituciones como la versión inca del convento de monjas europeo.

Después de terminar su entrenamiento, algunas mujeres se quedarían para entrenar a las niñas recién llegadas, mientras que las mujeres de menor rango podrían ser elegidas para ser esposas secundarias del Sapa Inca, si así lo deseaba, o ser enviadas como recompensas a otros hombres que habían hecho algo en favor el soberano.

Mientras los europeos entraban en contacto con los nativos, se produjeron relaciones interraciales entre mujeres nobles incas y hombres conquistadores.

Cuando llegaron los europeos, se sorprendieron al no ver un lenguaje escrito, sino el uso del quipu.

Hubo muchos casos de conquistadores que entraron al Imperio Inca y aprendieron a usar el quipu.

Un ejemplo es Guama Poma creando un libro sobre los quipus y presentándolo al rey de España Felipe II.

Una imagen del Machu Picchu es relevante en la educación incaica porque representa un icónico ejemplo de la arquitectura y la ingeniería avanzada de los incas. Esta imagen puede utilizarse para enseñar a las generaciones futuras sobre la planificación urbana, la construcción de terrazas agrícolas y la importancia de la astronomía en la cultura inca. Además, el Machu Picchu es un símbolo de la grandeza cultural y el misterio que rodea a la civilización inca, lo que puede inspirar un mayor interés en su historia y legado.