Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1932 y se desempeñó en la Auditoría General de Guerra y Marina hasta que en 1947 Carlos Gabriel Delfino que era auditor lo llevó a trabajar junto a varios abogados de esa dependencia a la Procuración al ser nombrado procurador general.
Marquardt continuó su carrera en este organismo después que Delfino fue desplazado en 1955 por el gobierno surgido de la Revolución Libertadora y reemplazado por Sebastián Soler.
Marquardt prosiguió trabajando en la Procuración cuando en 1958 el presidente Illia nombró titular a Ramón Lascano; cuando se produjo en 1966 el golpe de Estado que derrocó a Illia, el presidente Juan Carlos Onganía nombró procurador general a Marquardt en reemplazo de aquel.
Sus dictámenes en la Procuración estaban muy bien elaborados y se destacaron por su notable contenido científico; entre los que tuvieron trascendencia posterior está el que aceptó la acción meramente declarativa como vía apropiada para plantear la inconstitucionalidad de una norma o resolver una cuestión dudosa.
Provisionalmente fue reemplazado por el procurador sustituto Máximo I. Gómez Forgues hasta que el nuevo presidente Héctor José Cámpora nombró como titular a Enrique Carlos Petracchi.