En 1984 recibe el Grand Prix des Arts et Letres de París.
Alrededor de 1951, con su empleo en la fragua, se inicia en el trabajo del hierro.
Se aprecia la relación entre la masa maciza del monolito y el espacio que señala.
Centrado en el empleo del hierro ejecutó a veces unas obras de macizo aspecto y otras más aéreas.
Siempre intentando captar el espacio a base de ritmos geométricos que lo estructuraban arquitectónicamente.
Algunos ejemplos son Peine del viento, Música de las esferas, Oyarak (Eco) y Espacios sonoros.
Para las puertas de Aranzazu busca chatarras y desechos industriales que puedan servirle.
Son variadas composiciones que asentadas en rudos bloques de granito o madera, parecen extender sus ritmos al espacio con gran ligereza, a pesar del material, que no lo oculta.
El mismo material que en Gnomon, Iru Burni o Elogio de la arquitectura.
Eduardo Chillida optará por unos materiales u otros de acuerdo a sus posibilidades estructurales.
Elegirá el alabastro, cuya cualidad pone en relieve con la ayuda de la luz para hacer referencias a la Arquitectura.
En el año 1994 creó la obra que serviría como cartel anunciador de la edición número XXXIV del Festival Internacional del Cante de las Minas, cuya imagen se adaptaría gráficamente, unos años más tarde, para convertirse en el logo que forma parte de la identidad gráfica del festival.
Esta publicación forma parte de una colección ya editada en cuatro volúmenes cuyo objetivo fue recopilar la obra completa del escultor donostiarra.
[15] Su debut se produjo el 27 de septiembre frente al Club Atlético Osasuna en un partido que su equipo perdió en Pamplona por 3-2.