Edmund Bonner

[1]​ Este relato fue cuestionado por el contemporáneo de Strype, Sir Edmund Lechmere.

Allí trató de obstruir los procedimientos judiciales contra Enrique en la curia papal.

Por estos y otros servicios, Bonner había sido recompensado con concesiones sucesivas de beneficios.

En este cargo demostró ser capaz, aunque su actitud dictatorial a menudo causaba irritación.

Comenzó su misión enviando a Cromwell una lista de acusaciones contra su predecesor.

Hasta entonces se había mostrado subordinado, apoyándo en el asunto del divorcio, aprobando la supresión de las casas religiosas y prestando el juramento de Supremacía que John Fisher y Thomas More rechazaron.

Muchas de sus víctimas le fueron impuestas por el rey y la reina en Consejo, que en un momento dado dirigió una carta a Bonner con el argumento expreso de que no estaba procediendo con suficiente severidad.

Bonner actuaba como sheriff eclesiástico en el distrito más refractario del reino.

Incluso John Foxe registra casos en los que Bonner no persiguió a quienes estaban autorizados para la persecución.

Los escritos más importantes de Bonner incluyen Responsum et Exhortatio in laudem Sacerdotii (1553); Artículos que deben investigarse en la Visitación General de Edmund Bishop de Londres (1554); y Homelies sette forth by Eddmune Byshop of London, ... to be read within his diocese of London of all Parsons, vycars and curates, unto their parishioners upon Sondayes and holy days (1555), así como un catecismo titulado "Una doctrina provechosa y necesaria" (1554, 2.ª ed.

Durante los dos años siguientes, los representantes del partido protestante clamaron frecuentemente por la ejecución de Bonner y los otros.

Su comportamiento durante su encarcelamiento fue notable por su alegría, e incluso John Jewel, el obispo de Salisbury, lo describe en una carta como "un hombre muy cortés y caballeroso tanto en sus modales como en su apariencia" ( Cartas de Zurich, I, 34).

[6]​ Bonner no se cansó de intentar convertir a otros al catolicismo y nunca expresó arrepentimiento por sus acciones.

Bonner fue atacado durante su vida con un odio poco común que lo ha seguido hasta la tumba, de modo que en la historia inglesa pocos nombres han sido tan execrados y vilipendiados como el suyo.

Un historiador anglicano, SR Maitland, hizo una evaluación más caritativa del carácter de Bonner.