Período apostólico

[1]​ A la «era apostólica» le seguiría el llamado periodo preniceno, es decir, el periodo del cristianismo primitivo anterior a la celebración del Concilio de Nicea en 325, el primer concilio ecuménico de la Iglesia cristiana que fue convocado por el primer emperador romano cristiano, Constantino el Grande.

Tradicionalmente atribuidos a Lucas el Evangelista, su valoración historiográfica es, sin embargo, controvertida: no se pone en cuestión el cuadro general, pero al confrontar de cerca este escrito con las cartas auténticas de Pablo de Tarso, aparecen ciertos matices o ausencias en cuanto a los acontecimientos.

Algunos cristianos primitivos eran estrictamente judíos, como los ebionitas y los primeros líderes de Jerusalén, siendo todos ellos llamados colectivamente judeocristianos.

Durante este período eran liderados por Santiago el Justo, «el hermano del Señor».

Según el Oxford Dictionary of the Christian Church y diversos biblistas, la influencia de Pablo sobre el pensamiento cristiano es más significativa que la de ningún otro autor del Nuevo Testamento.

Una descripción de Jesús apareciéndose a sus Apóstoles tras su Resurrección.