Yemen es un país con ingresos reducidos, que es altamente dependiente de la exportación de pequeños yacimientos de petróleo, el cual es responsable por 25% del producto interior bruto y 70% de las rentas gubernamentales.
[1] Es, sin embargo, el país más pobre del Oriente Medio.
La agricultura es favorecida por ser la única región de la Península árabe con lluvias regulares.
En enero de 2010 la comunidad internacional estableció el programa Compañeros del Yemen, para apoyar los esfuerzos de diversificación económica, y en agosto del mismo año, el Fondo Monetario Internacional aprobó un programa de ayuda al país, de 370 millones de dólares estadounidenses en tres años.
A pesar de estas ambiciosas iniciativas, el país continúa enfrentando programas a largo plazo, incluyendo la escasez de agua y el elevado crecimiento poblacional.