En los años siguientes se extendieron hacia la Italia central y meridional, conquistando ya en el año 570 el importante nudo de comunicaciones de Spoleto, situado en la Umbría actual.
Dentro de Spoleto, el capitolium romano dedicado a Júpiter, Juno y Minerva, fue ocupado por la catedral del obispo (la sede fue fundada en el siglo IV) e incorporó la estructura pagana.
Los duques lombardos restauraron las fortificaciones del alto castillo roquero (rocca), cuyas murallas habían sido desmontadas por el rey ostrogodo Totila durante las Guerras Góticas (535-552).
Su segundo duque, Ariulfo, realizó frecuentes expediciones contra los bizantinos en Rávena (579-592) y Roma (592).
Después de Teudelapio, los siguientes duques fueron Atto (653), Trasimundo I (663) y Faroaldo II (703), que gobernó conjuntamente con su hermano Waquilap.
En Spoleto, Faroaldo II fue depuesto por su hijo Trasimundo en 724, que también se rebeló contra el rey Liutprando y formó una alianza con el papa Gregorio III, que lo acogió en Roma en 738.
El siguiente emperador, Carlos el Calvo, reinstaló en 876 a Lamberto I como duque de Spoleto y su hermano Guido III recibió la señoría de Camerino, que fue convertida en ducado.
Guido IV fue asesinado en 897 en Roma, por su sucesor en el ducado Alberico I de Spoleto, un noble franco que acompañó a Italia a Carlos el Calvo desde Francia Occidentalis cuando sucedió como rey de Italia y emperador del Sacro Imperio a Luis II el Joven.
Poco después, el nuevo emperador y renovador del Sacro Imperio, Otón I separó del ducado de Spoleto las tierras llamadas Sabina Langobardica y lo ofreció a la Santa Sede.
Pero, para evitar la posición de gran poder que acumulaba en Italia central, fue poco después desposeído del mismo (996).
Otón IV ofreció los derechos imperiales sobre el ducado de Spoleto como regalo a los Estados Pontificios en 1201 y poco después (1213), el ducado fue puesto bajo el gobierno directo del papa, que fue nombrando gobernadores al frente del ducado, generalmente eclesiásticos con rango de cardenal, pero también seculares a los que intitulaban duques de Spoleto.