Dueño del mundo
Es la segunda parte de su anterior novela "Robur el conquistador" , escrita dos decenios antes (1886).Después de varios intentos baldíos por aproximarse a la misteriosa nave y a sus secretos, un inspector de policía, Stroke, consigue ser secuestrado por sus tripulantes, que resultan estar dirigidos por el ingeniero estadounidense Robur, el mismo que apareció años antes en una de las reuniones del "Weldon Institute" de Filadelfia (en la novela "Robur el conquistador").La novela, escrita en la fase más pesimista y oscura de Verne, es completamente distinta de la primera parte: en esta segunda, Robur aparece como un inventor excéntrico, negativo y desencantado de la humanidad, con poder suficiente para castigarla desde el aire o desde el mar si es preciso.Para los críticos, la trama, los personajes y las descripciones reflejan el desencanto de Verne con respecto a sus esperanzas puestas, decenios atrás, en la ciencia como medio para hacer avanzar a la humanidad en todos los campos, especialmente en la ética, en el bienestar y en la cultura general, así como la desconfianza que le produjo la propia sociedad de la época.Aprovechando el misterio que envolvió el caso y las especulaciones de la prensa internacional, Verne hace reaparecer a su antiguo ingeniero, encarnado, esta vez, en un excéntrico inventor capaz de dominar el mundo a su antojo con su invento.